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El hilo que no se corta: un libro de historia familiar que cruza océanos

  • Foto del escritor: Julieta Castagnaro
    Julieta Castagnaro
  • 29 oct
  • 2 Min. de lectura

Cada familia es un telar. Y cada hilo, una vida que se entrelaza con otras, cruzando mares, generaciones y recuerdos.


Desde la antigua ciudad de Hama, en Siria, hasta las tierras cálidas de Tucumán y Buenos Aires, esta familia —guiada por el amor y la fortaleza— tejió una historia que aún hoy sigue viva. “El hilo que no se corta” no es solo un libro: es una celebración de la memoria, una forma de honrar a quienes llegaron de tan lejos y dejaron raíces firmes en esta tierra.


La historia comienza con Salim y Nezha, quienes fueron la urdimbre de todo lo que vendría después. Entre los aromas de los telares de Hama y las voces de los siete hijos que criaron, se gestó una herencia de trabajo, fe y unión. A mediados del siglo XX, los hijos emprendieron un viaje que cambiaría para siempre el destino familiar: cruzaron el océano rumbo a Argentina, buscando paz, oportunidades y futuro.


Allí, en Tucumán, Buenos Aires y Lules, reconstruyeron sus vidas. Fundaron empresas textiles, formaron familias, levantaron casas donde nunca faltó el pan, el café ni las risas compartidas. En cada rincón, conservaron sus costumbres sirias, su lengua, sus sabores y su sentido de comunidad.


En The Allbum, acompañamos a la familia en el proceso de volver a hilar esa historia, haciendo un libro de la historia familiar. Trabajamos juntos en la redacción del relato, en la selección y restauración de fotografías, y en una investigación histórica que permitió contextualizar la vida en Siria y los primeros años en Argentina. Cada detalle —una fecha, una carta, una imagen en sepia— fue tratado con el mismo cuidado con el que se guarda un recuerdo querido.

Nos emociona ser parte de estos proyectos donde el tiempo parece detenerse, donde cada conversación abre nuevas memorias y cada foto encuentra su lugar en una historia más grande.


En cada etapa, trabajamos codo a codo con la familia, escuchando, preguntando, reconstruyendo juntos los hilos de una vida. Porque creemos que contar la historia familiar no es solo mirar hacia atrás: es también dejar una huella para quienes vendrán.

Hoy, las copias de este libro están en manos de hijos, nietos y bisnietos.


Y con cada lectura, la historia vuelve a respirarse. Así, el telar sigue creciendo, manteniendo vivo ese hilo que —por más que pasen los años o cambien las generaciones— nunca se corta.



 
 
 

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